Un asesor jurídico es el socio de negocios y consejero de confianza de la empresa. Debe ser la mano derecha del CEO o gerente quien, al consultar cada decisión con el asesor jurídico, se asegurará de dar pasos seguros y efectivos en el desarrollo de su empresa. 

El asesor jurídico permite evitar incumplimientos por parte de la empresa respecto a la legislación vigente en diferentes campos. Así, debe apoyar a la empresa en la negociación, redacción y revisión de contratos, asesorar las relaciones con sus consumidores, sus trabajadores y clientes. Y, en general, acordar las herramientas jurídicas a la estrategia de negocios y proyección de la empresa con el fin de potencializar su crecimiento. 

La asesoría jurídica se encarga de proteger los intereses de la empresa a través de la gestión legal e incluso, si se piensa estratégicamente, puede convertirse en un socio de negocios que permitirá potencializar el crecimiento de la empresa. 

El derecho, al regular la mayoría de las acciones corporativas, está presente en casi todas las dimensiones de las empresas. Por tanto, la asesoría jurídica debe estar vigilante y en constante análisis de las relaciones de la empresa tanto internas (con sus empleados, por ejemplo) como externas (con sus clientes, contratistas y demás relaciones comerciales). 

Asimismo, según el sector de la empresa, el asesor jurídico debe asegurar el cumplimiento de las diferentes regulaciones específicas aplicables a la empresa por la naturaleza de los productos o servicios que presta o por el tipo de relaciones comerciales que tiene. Por ejemplo, si la empresa se dedica a la comercialización local y exportación de confecciones, la asesoría jurídica deberá tomar en cuenta el Reglamento técnico andino para el etiquetado de confecciones para cumplir con este a nivel interno, pero también ser vigilante de los procesos de exportación para cumplir con la legislación aduanera y, en relaciones comerciales, tener en cuenta las vicisitudes de los contratos internacionales, entre otros.

En ese sentido, la asesoría jurídica debe estar en todas las dimensiones de la empresa, con el fin de asegurar el cumplimiento de toda la normatividad aplicable, identificar y mitigar riesgos legales a tiempo y, potencializar el crecimiento de la empresa a través del uso de herramientas jurídicas acordes a la visión de negocios y proyección de la empresa.

Además de velar por el correcto cumplimiento de la normatividad interna y externa y la protección de los intereses de la empresa, la asesoría legal debe potencializar su crecimiento, acompañando las decisiones estratégicas de las empresas, ofreciendo opciones y soluciones atractivas y eficientes a través de herramientas jurídicas como lo son los contratos, los conceptos jurídicos y demás estrategias legales en general. 

Asimismo, la asesoría legal debe de estar en capacidad de identificar riesgos legales y mitigarlos de manera preventiva con el fin de evitar que la empresa incurra en costos innecesarios.  

La mayoría de firmas tradicionales establecen sus tarifas según las horas dedicadas al proyecto, teniendo diferentes tarifas según el cargo de los abogados dedicados al mismo y realizando un conteo que puede parecer eterno desde el punto de vista de los clientes. Asimismo, pueden basar sus tarifas teniendo como referencia a CONALBOS que es un tarifario expedido por el Colegio de Abogados pero que no siempre es consecuente con el trabajo efectivamente realizado, o incluso en el peor de los escenarios, algunas firmas fijan tarifas lástimosamente según “la cara del cliente”. 

En Top Lawyers trabajamos con metodologías de innovación legal, gracias a las cuales  estandarizamos nuestras técnicas y procesos internos, permitiéndonos adoptar una estructura de pricing que nos permite cobrar objetivamente y sin diferenciación alguna, siendo consecuentes con nuestro modelo de negocio New Law, enfocado en entregar al mercado productos competitivos, con valores agregados y a precios razonables.

Los contratos internacionales cuentan con ciertas particularidades que tienen un gran impacto a nivel jurídico y económico para las empresas. Los asesores jurídicos juegan entonces un rol primordial en identificar claramente que se está en presencia de un contrato internacional mediante el análisis de puntos de contacto del contrato, pues no siempre es evidente que se debe crear o gestionar un contrato de naturaleza internacional. 

Asimismo, en el plano internacional se presentan riesgos de conflictos de leyes (cuando más de dos legislaciones son aplicables al mismo caso) o conflictos de jurisdicciones (cuando más de dos jueces son competentes para decidir), entre otros. Dichos riesgos deben ser identificados y mitigados por los asesores jurídicos desde la negociación y redacción de los contratos, a través de la inclusión de cláusulas de implicación internacional que beneficien los intereses de la empresa. Por ejemplo, se puede incluir una cláusula de ley aplicable donde se establezca la ley bajo la cual se regirá cualquier disputa que surja con ocasión del contrato, dicha ley se elige estratégicamente para que no genere gastos adicionales a la empresa por el desconocimiento de una nueva legislación.   

Por último, hay contratos que están en vía de estandarización en el plano internacional. Es decir, son contratos que se utilizan más o menos con las mismas cláusulas en varios países y están conformes a diferentes jurisdicciones, como es el caso de los NDA o contratos de confidencialidad. Los asesores jurídicos deben entonces reconocer esta clase de contratos estandarizados y manejarlos a la perfección para asegurar la fluidez de los negocios y la protección de la empresa en el escenario internacional.

Los asesores jurídicos se encargan del Due Diligence o Debida Diligencia en las operaciones de fusión y adquisición. De esta forma analizan los riesgos que se presentan a nivel legal para las empresas objeto de la operación y permitiendo visibilizar la viabilidad y oportunidad de la operación para potencializar el crecimiento de la empresa o el cambio de posición competitiva dentro del mercado.

El Legal Design se integra en la elaboración de un contrato a través del Legal Design Thinking o LDT que es una metodología de gestión de proyectos ágiles propia del mundo del diseño. El LDT cuenta con 5 fases: 

En la primera, hacemos un mapa de empatía de los usuarios finales del contrato. Es decir, conocemos detalladamente a quienes van a leer y firmar el contrato. Dicho mapa nos permite comprender el contexto que rodea el contrato ya sea económico, social o cultural, además, por supuesto de las implicaciones legales que se encuentran a su alrededor, así como el punto de vista de cada una de las partes. 

La segunda fase consiste en sintetizar la información, aquí proponemos los aspectos esenciales que deben estar presentes dentro del contrato que estamos diseñando, para luego entrar a la tercera fase se llama prototipar. 

En el prototipado, montamos nuestro contrato con aquellas cláusulas que serán las más pertinentes para dar vida al negocio jurídico de la forma más efectiva posible. Seguido, lo pasamos por una primera traducción donde identificamos la terminología y usos legales complejos y de difícil comprensión para los no abogados. Esta etapa es la de mayor exigencia, pues debemos manejar todas las vicisitudes legales a la perfección para luego explicarlas en un lenguaje de fácil entendimiento sin que pierda su validez y efectividad jurídica. 

Luego, realizamos el testeo de dicho documento. En esta cuarta fase recibimos feedback de personas parecidas a los usuarios finales, quienes leen el documento y nos cuentan lo que entendieron. Esto nos permite identificar las falencias en el lenguaje que pueden prestarse para confusión o incomprensión del texto. 

Por último, a partir del feedback, evolucionamos nuestro prototipo! Cambiamos aquellos términos que se prestan para confusión y realizamos un último scanner legal para estar más que seguros que nuestro contrato cumple con toda la legislación vigente y además protege los intereses legales de nuestro cliente. 

Y voilà! un contrato de fácil comprensión, eficaz y satisfactorio!!!

Según Larry Ribstein en su artículo The Dead of Big Law, el New Law nace en contraposición al Big Law, entendiendo este último como el modelo de negocio de las firmas de abogados tradicionales basado, entre otros, en su reputación y facturación por horas. Esta estructura de negocio se presenta como económicamente inviable, pues no ofrece al mercado un valor agregado más allá del reconocimiento y reputación de las firmas (o de sus socios), y, genera altos costos para los clientes, quienes por un servicio legal no saben de manera previa cuánto van a pagar hasta que se realiza el cálculo final de horas trabajadas, excediendo su presupuesto. 

Al hablar de New Law, nos referimos a un modelo de negocio económicamente viable, al ser un modelo competitivo que ofrece productos legales al mercado con un valor agregado y un factor diferencial, lo cual permite a los clientes tomar decisiones acertadas al momento de contratar un servicio legal. 

En ese sentido, en Top Lawyers nos caracterizamos por ser New Law, ya que contamos con un modelo de negocio en el cual ofrecemos al mercado:  

•       Factores diferenciales: Incluimos en todos nuestros servicios las metodologías de Legal Design y Gestión Preventiva de Riesgos, buscando optimizar la dimensión legal de su empresa para que esté acorde con su estrategia de negocios y acompañe su crecimiento, a la vez que evite costos innecesarios.  
•       Valor agregado: nos convertimos en sus consejeros de confianza y socios de negocios, estando a su lado en cada decisión corporativa con el fin de optimizar y propulsar el crecimiento de su empresa y, comprometiéndonos con la reducción de costos asociados a la gestión legal.
•    Pricing: NO facturamos por horas. Todos nuestros servicios los empaquetamos a modo de commodities, ofeciendo productos con precios determinables de manera previa al inicio de la asesoría. Contamos con un esquema de pricing que nos permite determinar exactamente nuestros costos y gastos en cada proyecto, por eso nuestras propuestas contienen valores fijos. Con Top Lawyers no hay sorpresas de honorarios adicionales!!!